8.19.2009

Juana la Loca

En 1496, rodeada de un espléndido cortejo, Juana partió a Flandes a conocer a su prometido y celebrar el casamiento. Las crónicas sobre el primer encuentro son diversas. Al parecer, bastó con que se miraran a los ojos para que aflorase una pasión irrefrenable.

Finalmente llego la boda a medida que el tiempo pasaba, su amor por Felipe crecía con el mismo ritmo que la desconfianza y la sospecha de no ser correspondida. Su esposo (no por nada llamado Felipe el Hermoso) se dedicaba a hacer lo que mejor sabía: cortejar a toda mujer bella y noble que se le cruzara. Frívolo y superficial, apegado a los placeres y al lujo, se sentía incómodo en España, donde tenía que llevar una vida austera, totalmente ajena al refinamiento y las diversiones de la corte flamenca. Heredera de un imperio en el que jamás se ponía el Sol, bellísima, inteligente y bien dotada para la música, Juana de Aragón y Castilla, segunda hija de los reyes católicos de España, pasó a la historia con el impiadoso apelativo de "Juana la Loca". Se lo ganó después de actos tan desmesurados como velar por 19 años el cadáver de su marido. Para los historiadores, el de ella no era un desequilibrio cualquiera: tuvo origen en un gran amor que ciertas circunstancias transformaron en locura.


Cuando niña junto con mis vecinas gemelas jugábamos a casarnos con arapos, ropas de la mamá, principalmente esos zapatos que parecían de pata daisy, siempre los niños eran el prototipo a padre mientras las muñecas sin ojos, pelonas y a medio vestir victimas de nuestra sobrecargada devoción y amor.

Hoy por hoy el matrimonio esta ligado a esos sueños de la niñez, por mi parte mi sueño mas bien fue un poco trastocado... Nunca me importo ni la ceremonia, ni los arreglos de dicho acto y mucho menos la religión por la cual me casara, es mas ni el novio ni el vestido era lo trascendental para mi, pues mas bien lo único que me motivaba a seguir el sueño de casarme era el
acto del escape.

Desde pequeña mi imaginación siempre se dedico a planear el escape, visualizaba a mi familia, a la de él, con los personajes típicos de las familias (delicados, gays, viejos verdes, cocorocas, patas flacas, desubicada, etc.) los conocidos, amigos y parientes lejanos que solo viajan para estos acontecimientos.

Mi llegada al lugar de la ceremonia, el cual tampoco me importaba, ni mucho menos si llegaba allí en avión o en burro, lo único que si sabia es que mi viejo con esa delicadeza bruta que posee me llevaría del brazo, los espectadores con esas caras de sonrisa cocodrilescas me verían pasar se lebantaran en posición pecho paloma y encasillaran un camino recto. En tal pequeño viaje de pasos mortales y que resuenan al compás de cancioncitas (que dependerán del contexto y la religión del acto) uno de mis tíos me mirara con una cara picaresca y tarareara -Blanca y elegante va la novia- rematando con una risa ronca, mientras el resto de los conocidos de sonreirán con mas ímpetu cuando fuese en avance hacia donde se encuentran, como si mi apariencia ceremonial fuera una inyección de botox directo al labio superior.


Miraría a mi alrededor de forma disimulada como aceptando orgullosa la payasada. Los colores las telas brillantes y el estuco en la cara de las viejas para verse mas cocorocas despues del rostro que le quedo viendo la cuenta del regalo, las pilchas y chucheria que invirtieron para tal acto.


Finalmente guiaría mi mirada al frente y vería al pobre weon que iba a ser la víctima, nervioso como pollo nuevo y haciendo muecas pues ya no sabe como ponerse por los nervios, el cansancio de recibir tanta gente y soportar reclamos y consejos de ambas madres. el cura, chaman o abad le hablara con voz en tono extranjero, estos personajes siempre poseen una voz particular tonos variados de diferentes países con algo de misterio, supongo que es para hacer mas creíble el mito religioso, estos el hablaran a la víctima con de forma tranquila y tratando de hacerlo reír, que finalmente por toda la toletole terminária haciendo de sus carcajadas unos ataques asmáticos y de espasmos.

Seria cuando el beso de Judas de mi padre y soltando mi mano como símbolo de entrega la señal esperada, me acercaría sola hacia donde estas aquellas sillitas
tan asquerosamente adornadas como merenguitos, en un movimiento rápido me pondría ramo bajo el brazo me arremangaria el tul de cortina que llevo de vestido y se me verían las converse con las cuales arrancaría, y antes de salir tiraría la mata de flores. Supongo que debo estar en forma para cargar los kilos de la cortina de la cola, las coronas y las chucherias que llevaría... Mi primo, o alguien de confianza, dejaría las llaves de un auto o moto, y dentro un bolso con ropa adecuada para un escape, manejaria hasta la estación se servicio mas cercana en la carretera, dejaría el auto haría dedo y desaparecería por un tiempo. Al momento del escape aquellos rostros con quijada al suelo envueltos entre risas llantos, sorpresas y frases como -no puedo creer que lo hizo- serian opacados por los verdaderos gritos de mi madre, no precisamente por una tristeza, sino mas bien por una rabia maldita que tiene cuando las cosas no funcionan como el común de los sucesos, además de estar neura por el gasto de dinero y todo el tiempo que se invirtió, mientras mi papa con una cara de chiste miraría la trajicomica situación, el resto de la familia en general no sabria como actuar pues no saben si finalmente la fiesta que viene despues de este tipo de ceremonias va o no.

La familia centraría una asombro emputecido de rabia, mientras el pollo pasaría a convertirse en una estatua de ceño fruncido donde su poca movilidad lo ayudaria a centrar su ira. Según él seria un engaño bajo, mientras yo sabia que el peor engaño de todos es llenar papeles de compromiso.
Años después nos volveríamos a ver y él intentaría demostrarme que mi decisiónfue la mejor que le pudo haber pasado en su mundo (básico para mi) lo tenia todo: Una yegua hogareña, parásitos y un can. Mientras yo le sonreiría y pensaría -¡que felicidad de salvarme de la función de circo!-

Si algún día alguien me pregunta -¿Porque no te casaste?- no sabría que decir, pero si sabría que tendría algo mas que contar que un -Llevo tres años luz casada con mi quinto marido, tengo dos hijos, perros, nanas y un fundo- si no que diría: -Yo! no me case, pero tengo una gran historia de un escape-

Supongo que esto me lo tomo como un chiste pues si algún día cediera a ser condescendiente y paciente con otra persona no seria necesario hacer tanta parafernalia para finalmente tener la ropa sucia en el mismo cesto.


1 comentario:

  1. me gustaria escuchar esa gran historia de escape....algun dia

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